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domingo, 7 de abril de 2013

Templo del Gato

C/Trujillos, 7
Metro: Ópera (líneas 2, 5 y R), Santo Domingo (línea 2)












En la película de los Blues brothers hay una escena en la que Jake y Elwood tocan en un local de rednecks sureños, de esos que cazan aligators en los Everglandes y escupen tabaco mascado. La canción es "Gimme some lovin" de la Specer David Group y no gusta un pelo al personal. ¿Cómo expresan su mosqueo?... lanzando tercios de Lone Star contra una malla metálica que rodea el escenario. Así que, ante la perspectiva de salir con los pies por delante del saloon o cambiar de repertorio, abogan por ésto último. Suenan los acordes cuatreros de la serie Rawhide (que en España tuvo una traducción tan descriptiva como "Cuero crudo", en cuyo reparto figuraba un novato Clint Eastwood) y el público se viene arriba. 

¿Cómo expresan su satisfacción por escuchar country?... pues estallando los tercios aún con más fuerza. Siempre que veo esta escena me acuerdo del Templo del Gato. No porque haya hijos de Dixieland encabronados, sino porque también hay una alambrada (sin espinos) que circunda el perímetro asfixiante donde se situa el escenario y un billar que, a lo largo de los años, ha adquirido el derecho a ser uno más de la plantilla.
Lugar histórico donde los haya cumplirá 28 años el próximo 11 de abril. Allí han tocado Ronaldos, NOFX, Supersuckers, Offspring y Mikel Erentxun con Duncan Dhu, antes de perder la cabeza y plagiar a Lightning Seeds con la canción de "Los Serrano"... todos seguramente indiferentes a la mirada turbadora del barman calavera, mezcla de Peter Murphy sin melanina y el malo de "Frío como el acero" en horas bajas. Otros grandes protagonistas inanimados son los televisores (que desde la suspensión aérea emiten, ajenos a la música de fondo, vídeos de garage grabados a lo largo de décadas de la MTV) y, por supuesto, el váter. 

 
Un váter con hall en el que las colas de boys and girls propician miradas sugerentes y conversaciones torpes. Yo, por mi parte, espero el desagüe absorto en la serpiente que envuelve el cuerpo desnudo de Nastassja Kinski en una foto de Richard Avedon. Reptando, perfectamente encajada en donde los muslos pliegan hacia la pelvis; acompasando el desplazamiento a la respiración de la mujer pantera, de la hija del loco. Por un momento, por cosas así... la vida parece mejor de lo que es. Debe ser el alcohol. 
- En cuanto a la música hay que decir que arriesgan poco. 
- ¿Para qué si la que hay es buena y el negocio funciona?
- Porque los clásicos básicos (Misfits, The Stooges, Motorhead) sumados a sucedáneos Indies que suenan a camelo sirven para un rato pero acaban cansando. Se echan de menos apuestas incendiarias, de hace 30 años, que tienen más frescor que la fórmula pija que divisa el horizonte rockero madrileño: camisetas de Ramones con olor a body milk y mojitos con sombrilla. Visitors, No Trend, Death in June, Cassandra Complex, Sovjet War, Swell Maps, Flipper o Revolting Cocks merecerían un hueco en la pinchada. No obstante, si no vas a pescar chuquis y sólo quieres oir buena música tomando algo, es mejor que te pases entre semana. Siempre hay peña pero sin roces. Los tercios, que es lo que bebo porque no tengo un guil, cuestan 3€. Me parece más que aceptable teniendo en cuenta que cerca hay anodinos bares de copas en los que están a 4 y 5€ y la única música que vas a oir es el crí-crí de la mandíbula empericada del barman. Eso sí, si nunca has estado ten cuidado al entrar no te vayas a equivocar y acabes en el garito contiguo: el Strong. El "ambiente" es muy distinto, ya me entiendes. 

Está en la calle Trujillos 7. Lo mejor que puedes hacer es tomarla en la encrucijada etílica que comprende las calles Veneras, Navas de Tolosa, Conchas y Trujillos (El Gañán, Mareas Vivas, El Labriego, La Alegría, Casa Valiño, Los Amigos, Mesón Viña T, Casa Parrondo...) y luego dejarte caer por allí, eso sí, sin potar sobre el tapete del billar.  La última vez que estuve acabé boca arriba en la cuesta de la Almudena que me lleva al gueto y con esa sensación amarga y demasiado frecuente que tan bien describe "Paid in full" de Eric B and Rakim: "So I dig into my pocket, all my money spent".

Arnyfront78

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