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lunes, 8 de julio de 2013

Casa Parrondo



Calle Trujillos 9
Metro: Opera (líneas 2,5 y R) Santo Domingo (línea 2)
Caña (no hay botellín): 2€ (27cl aprox) (Heineken)
Tapas: patatas al cabrales, patatas con una salsa brava sui generis, una especie de bocatines grasientos con un chorizo asturiano bastante bueno, empanada, tortilla campesina con chorizo...
Especialidades: carnes, pescados, fabes, chorizos a la sidra, bollo preñao, empanada...








En Madrid, como en la mayoría de metrópolis, el número de bares y restaurantes internacionales o regionales es incalculable. El toque exótico (ya sea con temática  zíngara o manchega) suele ser una buena baza para atraer clientela. Parece como si, de forma inconsciente e irracional, asociáramos la diferencia con la calidad. Así que, a menudo, distinguirse funciona, aunque sea una patraña. Y digo patraña porque, al final, esos bares gallegos, asturianos, andaluces y vascos poseen las mismas excelencias y carencias que el resto que son autóctonos. Sin embargo nosotros lo percibimos de forma distinta...


La calle Veneras es una de esas estrechas calles madrileñas que dan la espalda a la Gran Vía de Madrid. Por algún tipo de tara congénita leí en su día el nombre como "Venereas". Siempre me pareció un nombre inmejorable para poner un bar (sobre todo de neones) y por eso veo normal que haya más bares que portales. La calle tiene unos 300 metros de longitud pero, por no sé que razón, una parte se llama Veneras y la otra Trujillos. En cualquier caso es un callejón cojonudo para enfilarlo sobrio y acabarlo reptando (si uno se dedica al menos una caña en cada bar). Casa Parrondo (sidrería) es uno más de esos bares que jalonan la calle pero, vaya usted a saber por qué, se ha erigido en el señor de la misma. Parece mandato divino porque, a merced de los comentarios que fluyen por internet, se puede concluir que está sobrevalorado. La gente lo tacha de masificado, incómodo y abusivo en los precios; que se come bien pero que no es para tanto. Otros lo pontifican con sus críticas y sobre todo con su presencia...


 Mi experiencia es confusa al respecto. Es verdad que, aparentemente, el sitio invita a cogerse un chuzo de la hostia, y que una coreografía formada por guirnaldas de pimientos secos y estalactitas de panojas reclaman hacer parada al sediento; pero aún así no termina de convencerme...ni el precio, ni las tapas, ni el ambiente, ni el servicio. Vamos por partes:
1. Respecto al precio de las viandas mejor que leas la carta... Puede que crean que tienen la mejor empanada, el mejor bollo preñao y las mejores fabes de Madrid, pero no es así. Por otro lado la caña pasó en menos de un año de costar 1,30 a 2 leuros (los precios y los bigotes del dueño y algún camarero mimetizado van en alza). Además tienen la tendencia a ponerte una doble cuando pides una caña (nunca ocurre al revés). 

2. La tapa es abundante... ya puede serlo: patatas con salsa de cabrales (aceptables aunque rebenidas) o las mismas patatas con una especie de salsa de tomate reseca que ni siquiera pica (inaceptable a todas luces). Cuando pides la tercera doble y la cuenta se paga con billetes en vez de monedas, cambia la calidad del aperitivo.


3. Se puede pasar por allí a media mañana o a primera hora de la tarde de un día laboral, pero inténtalo un sábado a las 21:00. Ya sé que muchos otros sitios están llenos también, pero no deja de sorprenderme la querencia del ser humano madrileño por entrar allí donde no se puede, por tomar la caña a modo de ducha y poner el plato del aperitivo sobre la permanente de alguna señora mayor. 

4. Poco que decir respecto al trato: cordialidad estreñida, falsa amabilidad. Tras la sonrisa escocida se entrevé la mala hostia del personal. Camareros seguramente hasta los huevos de aportar duro trabajo y recibir, como premio, horas extras. 

¿Cuál es mi conclusión?... que Casa Parrondo se ha acomodado a la leyenda y ha dejado de dar aquello que antaño ofrecía (buena relación calidad/ precio). La gente se ha dado cuenta. Tiempo al tiempo que deje de ir por allí. Las leyendas tardan mucho más en forjarse que en desvanecerse. 


 Durante el verano de 2008, dos mujeres  que se dieron un beso fueron expulsadas por el propio Nicolás Parrondo al grito de "basura, este bar no es para vosotras". Tuvo que pasar un año para que, en sede judicial, se disculpase ante las agraviadas. Hablamos del mismo personaje pegado a un bigote que tan cariñoso y afable aparece en la fotos que engalanan las paredes de la sidrería junto a Quini, Mar Flowers y, seguramente también, las mama-chicho. Parece ser que este "Mocito feliz" quiere que los clientes coman y beban como cerdos, pero no que se amen. 
¿Un beso lésbico es más indecoroso que una tripa llena de grasa? 

PD: La política de publicación de comentarios en Tabernomaquia no es democrática, está basada en una estricta censura previa que sólo tiene un precepto: en la puta vida publicaremos comentarios que nos insulten. Por eso publicamos el resto de comentarios aunque sean impostores, es decir, emitidos por el propio negocio haciéndose pasar por comensales bien agradecidos que lazan encarecidos panegíricos a la red. Tabernomaquia es un nido de tramposillos y por tanto nos solidarizamos con gente de nuestra calaña. Pero el compromiso adquirido con los lectores nos obliga también a ser honestos y a avisaros de que todas (y digo todas) las loas publicadas con anterioridad a esta posdata conducen directamente a www.casaparrondo.com. También avisamos de que si continua este incotinente torrente de elogios rebosantes de desfachatez nos veremos obligados a no publicarlos por aburrimiento. No hay crítica ni reprobación a dicho proceder... todos los bares, restaurantes y hoteles del mundo lo hacen. Si yo tuviera un negocio probablemente también lo haría. 
07-07-2014

Arnyfront78

7 comentarios:

  1. Soy de Sevilla y salí con mi familia este fin de semana a Madrid y me habían recomendado el restaurante así que fuimos elegimos un plato que se identifica con Asturias, ese es la fabada. Un guiso popular que tiene como protagonistas a las fabas (o fabes, en bable), amparadas desde hace más de 20 años por Indicación Geográfica Protegida (IGP). Deben ser levemente arriñonadas, de color blanquecino, sin manchas en la piel y tener por lo menos dos centímetros de longitud. La piel se debe mantener intacta tras la cocción, sin pellejos, integrada en la faba, que debe ser cremosa, huyendo de la textura harinosa y tenemos pensado volver a Madrid en un par de meses y sin duda volveremos a comer en este buen restaurante.

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  2. Fuimos hoy a probarlo con unos compañeros del trabajo y la verdad la mejor manera de valorar una faba es frotarla contra el velo del paladar, ya que el tacto nos ayudará a determinar su calidad. La temperatura ideal de conservación son 4 grados, con poca humedad y, a ser posible, en un tarro hermético de cristal. Una faba seca puede aguantar dos años en unas condiciones óptimas de conservación. Evitar la luz directa colabora a una mayor longevidad, como en Asturias, bueno que digo si es un restaurante asturiano de cuchara PRO..... que rico, te invito a que lo pruebes y dejes tu comentario.

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  3. La verdad que es un buen lugar para comer me quede anonadado con tal rica sazón con lo bien que preparan en casa parrondo, lo que también es muy bueno que te dan un servicio de primera y todo a un buen precio. Comimos una fabada (exquisita) y bebimos sidra, hasta que se nos subió a la cabeza, con una alegría total y muy fascinado de este lugar que conocimos y que se los recomiendo a toda la gente en general...!!!

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  4. Este Lugar me lo recomendaron haber si recuerdo bien mas o menos hace un mes y cada vez que me encontraba con algunos amigos me hablaban de lugares donde se come rico y al buen precio entonces intercambiamos palabra y un día quise probar por este restaurante en el que siempre me habían recomendado fui con toda mi familia y me lleve una sorpresa un excelente servicio una riquísima comida al buen precio.

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  5. Bueno un día quise buscar lugares por medio de Internet y veía que algunas personas escribían cosas negativas sobre este restaurante pero otras escribían lo bien que tratan a sus clientes entonces me llamo mucho la atención y decidí ir por este lugar y fui con unos amigos arriesgándome, pero tanto como mis amigos y yo nos llevamos tal sorpresa que el dueño nos saludo y nos trato con una amabilidad que da ganas de volver y todo estado muy delicioso que regresamos otro día y el trato igual y la comida también muy exquisita se los recomiendo.

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  6. Hola yo estaba en mi trabajo y era un fin de semana en la noche y decidí ir con unos compañeros de trabajo a un buen restaurante donde sirvan una rica comida asturiana y todo fue para un rato salir a conversar en lugar tranquilo y el servicio es espectacular y cuando cada quien pidió su plato todos hablaban de lo riquísimo que estaba y ahora volvemos cada fin de semana para comer y beber un disfrutar de este lugar yo lo recomiendo es un magnifico lugar.

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  7. Se nota como los anteriores mensajes son del propio restaurante, está clarísimo. Como dice el PostData

    Yo lo conozco y personalmente prefiero ir a otros lugares. Porque me gasto el dinero donde más lo disfruto.

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